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Donde la locura alcanza su sentido

Epílogo de (nuevas) erróneas interpretaciones

Epílogo de (nuevas) erróneas interpretaciones

Adolezco de memoria para recordar cómo las trampas se colocaron estratégicamente a cada paso dado. Entonces parece que una vez retiradas, las huellas plasmadas muestran el camino que has de dar. El error juega entonces a mi favor con un margen difícilmente calculable. No me pregunten si he sido justo cuando quise llorar y no pude. Tampoco por qué esos momentos que ansiaban mi llanto no reconocían una lógica imperante en ilógicas situaciones. Lágrimas de desesperación o desesperadas lágrimas, aquellas que ni tienen color u olor ni demandan pañuelos baratos para paliar el sofoque. La duda me asalta si me ciño a la máxima del ver, oir y callar. Atento a infaustas consecuencias si así no fuese. Ahora mi estómago demanda el vacío. No querer, pero justo después del no poder. Supone algo parecido a enfrentarte a ti mismo, cuando ni uno mismo logra reconocerse. Bochornosos desnudos de cuerpo y mente ante un cristal que refleja aquellas inquietudes que un día solaparon parte de un pesar siempre amenazante. Y es que el espejo nunca miente. Mientras, la tristeza me guiña un ojo y demanda mi atención.

-"Eso está hecho", debo pensar yo.

Ahora la mentira parece haber desaparecido de la parte trasera e identificativa de mi DNI. Ahora, la bola de cristal dejó de funcionar y con ella, interpretaciones que bailaban al son de la debilidad, de la inestabilidad. Todo parecía atado, pero también muy bien atajado para alcanzar una meta de difícil reconocimiento. Entretanto, me cuestiono porque el rithm se ha separado del blues. Ahora tendrán que compartir la custodia de la grafía &. Dylan parece cantar para mí, mientras The Animals bucolizan algún tema de Nina Simone que lleva dedicatoria.

Gracias por haberme presentado al abismo. Se dibuja a mi alrededor mientras exige parcialmente mi atención. Te agradece acercarte a él aún sin conocer las ingrávitas demandas que ahora pide. Con el abismo cerca tuya, el futuro se ríe de tí. Inmóviles sentimientos, paralizada tragicomedia que comienza a representarse. Entonces, el capítulo apura unas últimas letras que no dan respiro ante esta conclusión inacabada. Frente a esta terminación apurada, el definitivo punto y final corrige una idea equivocada.

Discúlpenme los parados, los enfermos, los palestinos, los penados por la SGAE, los calvos, los felices o los discotequeros. Pero en esta ocasión, la culpa no fue mía.

1 comentario

L. -

Creo que esa mentira no ha desaparecido de ningún DNI, se ha ampliado al pasaporte, que te da la posibilidad de viajar más lejos.