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Donde la locura alcanza su sentido

Canción

Canción

Yo no soy estrella del rock, ni tampoco un cometa pasajero. En todo caso un lucero cantaor, ya triste y apagado. Ante eso sólo queda ya cantar. Cantar contra quienes no tienen, cantar por quienes mueren, cantar contra las prisiones, lentas ejecuciones. Todo ello aderazado bajo el ritmeante compás de esa imagen del cantante. Canta por tus desilusiones, por mis miedos. Para esperanzarte con el mañana, para no olvidar el ayer.

Canta por mi muerte, por mi inmovilidad, por tus desilusiones. Canta para que la luna no se convierta en una oportuna cámara oculta, esa que te vigila y en las noches de aventura te desnuda. Canta si tu tejado se te hunde encima y te aplasta, atorando los escombros tu garganta. Cantaste cuando quisiste gritar. Entonces sí te podrán escuchar. Sin embargo, recuerda que pudiste callar, pero quisiste hablar. Pudiste llorar, pero entonces vengar fue lo más fácil a la hora de desahogar. Estudiado el odio y sus defectos, canta por el amor, que tampoco es perfecto.

Canta para que vuelva el lobo del cuento, para que sople y de nuevo todo comience, todo pueda ser rescatado. No olvides cantar por el odio a la violencia. Generada por las dichosas banderas de siempre. Canta para que se vuelvan a oir gritos de libertad en los paraísos de sentimientos dormidos. Canta para calmar mi dolor. Canta para que si llega mi muerte sea antes del amanecer, para pillarme dormido. Canta para que los sentimientos sigan dormidos. Canta porque si callo, olvido.

Si cantas que no sea sólo por tí. Las horas ya marcan el tic,tac,tic,tac. Ahora ya sólo te queda saber cuánto tiempo te queda. Cuándo llegará el próximo castigo, el siguiente indulto, dónde aparcará tu destino. Lo sepas cuando lo sepas, no te olvides de cantar.

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