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Donde la locura alcanza su sentido

Siempre nos quedarán los algodones de azúcar

Siempre nos quedarán los algodones de azúcar

Cuando has dejado de creer en dios. Cuando masticar chicle te parece someter a la mandíbula a un esfuerzo inútil. Cuando la venganza se apodera de cada gesto cómplice que de ti emana. Cuando el silencio tiene de primer apellido incomodidad. Cuando las oportunidades se otorgan siempre a modo de contrareembolso, esperando de ellas una buena recompensa. Cuando al respeto le sale pólvora de la cabeza. Cuando aprendiste a dormir con un ojo abierto. Cuando el brazo que acariciabas se llenó de astillas. Cuando el perro de compañía dejó de sacar la lengua. Cuando mis problemas ya no son los tuyos. Cuando el amor se solapa con la comodidad. Cuando la mentira invadió tu zona VIP. Cuando tus errores jamás se borrarán de la parte trasera del DNI. Cuando nadie fue capaz de quitarnos la paja en el ojo ajeno. Cuando las malas interpretaciones son fruto de verdaderos cuentos de ciencia ficción al mejor estilo de Philip K. Dick. Cuando un te quiero adquiere matices casi peyorativos. Cuando no supiste responder a la pregunta de hasta cuándo.Cuando tus planes chocan contra un muro de Berlín. Cuando un si telefónico se convierte en tu peor enemigo. Cuando el alcohol dejó de pasar factura. Cuando el sexo es inmejorable. Cuando terminas de escribir esto es cuando sabes que el ticket (o moneda, o entrada) de esta montaña rusa ha expirado. No te preocupes, a la salida siempre nos quedarán los algodones de azúcar.

2 comentarios

Seven -

Excelente!

Laura -

Cuando los algodones de azúcar no calman a una niña desolada.