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Donde la locura alcanza su sentido

El tipo de persona que todo el mundo cree que es

El tipo de persona que todo el mundo cree que es

Cuando uno se acomoda para escribir no sólo relaja músculos tibios y flácidos que se rinden ante el devenir de los acontecimientos. Tu cerebro se asienta sobre unas experiencias que quizás nunca llegaron a ocurrir, pero que te sirven como tabla periódica de esa combinación química que forman lo que somos, queremos y, que no siempre disfrutamos. Entonces, pones a Frank Zappa en esa lista de reproducción vital para comprender un poco mejor lo que nunca llegaremos a ser. Nuestro corazón se disfraza de lacónico suspiro. Lanzas los dados y la ocurrencia temática del momento ya tiene un argumento al que agarrarse. A veces, la mentira cobra protagonismo. Y nos enseña el agradable sabor de tu lengua chupando el óxido. Porque a eso sabe la mentira. En otro momento, encuentras inspiración en ese niño que se sabía para cosas grandes. Se quedó en un camino regodeado de pequeñas trampas y sin referencias que guiarle. Volvió -aunque esta vez sin garbanzos que le mostrasen el retorno- para encontrar la paz consigo mismo.

Evocar un recuerdo que nunca se repetirá te hace ver la importancia del estado de las cosas. Afuera, nadie quiere que se altere por un miedo a menudear con un progresivo desarrollo. La inspiración no se busca. La encuentras en un cubo de basura repleto de pobredumbre, o en un ánimo que por momentos se desquebraja al mismo ritmo que los Balcanes. Sin embargo, el Milosevic que te acompaña nunca será juzgado por crimenes contra la humanidad. Ahora sólo importa la crisis económica y la empredecible repercusión que tendrá sobre los negocios de los poderosos corbateados. Tú, juegas con un garbanzo como si tus dedos fuesen las piernas de un futbolista que en algún momento se erigió como un ídolo cercano. Nunca más alejado de esa realidad demasiado cotidiana.

Miras la pantalla de tu ordenador y te das cuenta de que era como estar en un cuento de Edgar Allan Poe, en el que uno no es el tipo de persona que todo el mundo piensa que es. Bob Dylan nunca se equivoca.

1 comentario

Sergio -

Dylan sólo se equivocó en ser católico. Un abrazo.